dimarts, 13 d’octubre del 2009

MOTIVACIONES DE SOFTWARE LIBRE

La motivación ética, abanderada por la Free Software Foundation, heredera de la cultura hacker, y partidaria del apelativo libre, que argumenta que el software es conocimiento y debe poderse difundir sin trabas. Su ocultación es una actitud antisocial y la posibilidad de modificar programas es una forma de libertad de expresión. El software libre es una cuestión de libertad: las personas deberían ser libres para usar el software de todas las maneras que sean socialmente útiles. El software difiere de los objetos materiales (como las sillas, los bocadillos o la gasolina) en el hecho de que puede copiarse y modificarse mucho más fácilmente. Estas posibilidades hacen al software tan útil como es; y creemos que los usuarios de software deberían ser capaces de usarlos
De acuerdo con tal definición, el software es "libre" si garantiza las siguientes libertades:[1]

* Libertad 0: la libertad de usar el programa, con cualquier propósito.
* Libertad 1: la libertad de estudiar cómo funciona el programa y modificarlo, adaptándolo a tus necesidades.
* Libertad 2: la libertad de distribuir copias del programa, con lo cual puedes ayudar a tu prójimo.
* Libertad 3: la libertad de mejorar el programa y hacer públicas esas mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie.

Las tecnologías digitales de la información contribuyen al mundo haciendo que sea más fácil copiar y modificar información. Las computadoras prometen hacerlo más fácil para todos.

No todo el mundo quiere que esto sea más fácil. El sistema de derechos de autor permite que los programas de software tengan «propietarios», la mayor parte de los cuales pretenden privar al resto del mundo del potencial beneficio del software. Los «propietarios» desearían ser los únicos que puedan copiar y modificar el software que usamos.

El sistema de derechos de autor creció con la imprenta, una tecnología usada para la producción masiva de copias. Los derechos de autor se ajustaban bien a esta tecnología, puesto que restringía sólo a los productores de copias en masa. No privaba de libertad a los lectores de libros. Un lector cualquiera, que no poseyera una imprenta, sólo podía copiar libros con pluma y tinta, y a pocos lectores se les ponía un pleito por ello.

Ver completo en: Richard Stallman http://www.stallman.org/